Cómo es posible en este siglo apelar a la guerra, en medio de los tantos problemas que se viven en el planeta? Por qué las grandes potencias se unen para invadir a los pequeños, sabiendo que los más afectados son los civiles? Por qué la Organización de Naciones Unidas en vez de apoyar la paz aprueba resoluciones para atacar a los pueblos?
Esas y muchas otras interrogantes se hacen una y mil veces los hombres de bien en el mundo, los que verdaderamente sienten cuando ver caer a un niño, a una mujer o a un anciano ante la metralla de mercenarios e invasores.
En medio del cobarde ataque al territorio libio por parte de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y otras naciones occidentales, se levantan voces internacionalmente para condenar tan inhumana acción.
Pretextos y más pretextos se utilizan para entorpecer los asuntos internos de cualquier nación, sobran los ejemplos, Iraq, Irán, Afganistán, Corea, Venezuela, y Libia, región esta que sufre los embates del poderío imperialista, a través de bombas y sanciones disímiles.
Cuba condena la decisión del Consejo de Seguridad, que no tiene nada de seguro, pues solo beneficia los intereses de los países más poderosos, como los que actualmente atacan a Libia, por el gran hecho de apoderarse de sus recursos…de su petróleo.
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