viernes, 30 de septiembre de 2011


LA CARTA QUE EUGENIO RAÚL ZAFFARONI LE ENVIÓ A BARACK OBAMA
El Ministro de la Corte Suprema de Justicia Argentina, Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, escribió una carta dirigida al Presidente de los EEUU Barack Obama, solicitándole que haga uso de sus facultades constitucionales y liberar a los 5 cubanos presos acusados de espionaje por los EE.UU, Gerardo hernandez, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando Gonzalez y Rene Gonzalez, dejando claro en la misiva que "el paso del tiempo convirtió a la cuestión jurídica en materia política" y que "las penas no deben ser crueles, lo que significa no pueden ser desproporcionadas respecto del contenido injusto de los hechos" y que "el eventual daño a la seguridad" en "ningún caso podría ser considerado en este supuesto de magnitud tal que merezca una pena mayor que la que ya han cumplido los mencionados ciudadanos"

El Ministro de la Corte Suprema Argentina se suma así a los reclamos de miles de personalidades del mundo entero, entre ellos 10 Premios Nobel, cientos de legisladores, intelectuales, artistas, organizaciones legales y académicas, miembros de todas las religiones y organizaciones sindicales, estudiantiles y sociales, que exigen la inmediata libertad de los Cinco.

La carta textual del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni a Barack Obama:

Sr. Presidente de los Estados Unidos de América Barack Obama
Su Despacho
Washington.

Dignísimo Señor Presidente:

El abajo firmante, profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires, formado en la tradición de las garantías individuales y en el respeto a la dignidad de la persona humana, me atrevo a dirigirme a Ud. con motivos de las condenas que vienen purgando los ciudadanos cubanos Lavañino, Guerreros, F. González, R. González y Hernández.

Más allá de las diferentes valoraciones que puedan formularse respecto del proceso y de las sentencias condenatorias, es imposible ignorar que el trámite y las decisiones resultan cuanto menos discutibles o poco transparentes, lo que incluso es reconocido en los ámbitos adecuados de la ONU.

Perdernos a estas alturas de los hechos en nuevas consideraciones jurídicas no parece lo más conducente, pues el paso del tiempo, convirtió la cuestión jurídica en materia política, lo que hace difícil llegar al fondo de la cuestión en forma imparcial. No obstante el mismo factor va haciendo irreversibles los efectos de las condenas sobre las personas.

Me atrevo a molestar su atención para solicitar de su elevado criterio que contemple la posibilidad de una conmutación de penas, por la vía constitucionalmente autorizada, a efectos de poner fin a una situación dudosa que a estas alturas no puede resolverse por medio de decisiones jurisdiccionales imparciales.

Creo que para casos como el que nos ocupa es que la Constitución de los Estados Unidos de América prevé y habilita la facultad presidencial del indulto y la conmutación.

Entiendo que incluso en el supuesto de culpabilidad, las penas no deben ser crueles, lo que significa que no pueden ser desproporcionadas respecto del contenido injusto de los hechos. Considero, pues, que el eventual daño a la seguridad de su país en ningún caso podría ser considerado en este supuesto de magnitud tal que merezca una pena mayor que la que ya han cumplido los mencionados ciudadanos.

No se ha producido muerte de ninguna persona ni se ha puesto en peligro concreto la vida de nadie como resultado de las acciones atribuidas a los penados y, sin embargo, la magnitud de las penas excede en casi todos los casos la vida útil de esas personas, con lo que equivalen a penas de privación de la vida, o sea, que por su extensión se asimilan a las penas de muerte.

No se me escapa que la conmutación de penas es discrecional del Poder Ejecutivo y, por tanto, de naturaleza política. Si bien entiendo las razones de política interna que pueden obstar a una concesión de esa naturaleza, no es menos atendible el reforzamiento que la imagen de su país y de su gobierno tendrían frente a la comunidad internacional poniendo de manifiesto su buena voluntad y la generocidad de una gracia desde una posición de poder, que es cuando ésta asume un valor simbólico de máxima significación.

Lejos de menoscabar su imagen de autoridad, implicaría el claro ejercicio de esta en pos de la rearfirmación de principios consagrados desde hace más de dos largos siglos en la tradición jurídica de su país, resaltando que la fortaleza no implica crueldad.

Por otra parte, importaría un acto político de buena voluntad, que constribuirían a paliar viejas rencillas que cada día van perdiendo más sentido en la actual hora del mundo, urgida por otras demandas y riesgos. Insistir en viejos rencores provoca en las nuevas generaciones la sensación de asistir a odios dignos de museo y devalúa la imagen de seriedad y realismo que debe proyectar la política para no ser despreciada por quienes habrán de sucedernos.

Por las señaladas razones, y otras que se deducen de ellas, es que osamos dirigirnos a Ud. Impetrando un acto político de conmutación que ponga fin a esta enojosa y prolongada situación.

Sin otro particular, deseamos el mejor de los éxitos a su gestión y nos permitimos hacerle llegar las expresiones de nuestro mayor respeto y consideración.

Atentamente.

E Raúl Zaffaroni
Profesor Emérito
Universidad de Buenos Aires

jueves, 29 de septiembre de 2011

EL "AJUSTE" DE LA LEY DE AJUSTE

por Jesús Arboleya Cervera
Una vez informado oficialmente, creo que vale la pena volver al proyecto de ley presentado por los congresistas cubanoamericanos David Rivera y Marco Rubio, con vista a restringir los viajes de los cubanoamericanos a Cuba.

Lo que finalmente proponen es que ninguna persona, hasta tanto no tenga la ciudadanía norteamericana, pueda viajar a la Isla. O sea, si un inmigrante cubano viaja a Cuba antes de tener la residencia permanente en Estados Unidos, no puede solicitarla al año y un día, como establece la Ley de Ajuste Cubano y, si viaja siendo ya residente pierde esta condición, por lo que en ambos casos el proceso para obtener la ciudadanía norteamericana se extiende cinco años más, como ocurre con cualquier otro inmigrante que no sea cubano.

Varios son los objetivos que persiguen los legisladores de la extrema derecha cubanoamericana con esta propuesta:

El primero es enfatizar “por la fuerza” la supuesta condición de “refugiados” de los inmigrantes cubanos, poniendo a las claras que nunca lo fueron en realidad, con lo que se viene abajo uno de los mitos que sirvieron de base a la idealización del llamado “exilio histórico” y los privilegios hasta ahora recibidos.

En segundo lugar, se busca limitar el encuentro de los inmigrantes con sus familiares, no solo por los ingresos que esto puede reportar a Cuba, como aducen, sino porque tales visitas contribuyen a establecer un clima de distensión en las relaciones con Estados Unidos, que se contradice con la beligerancia que sirve de sustento político y económico a estos grupos.

También se pretende afectar el negocio de los viajes, los cuales, aunque no lo dicen, siempre han pretendido controlar, ya que la ideología de esta gente es más verde que la de los ecologistas. Pero, además, dado que se trata de un capital independiente de la maquinaria política de extrema derecha, puede servir al desarrollo de fuerzas alternativas en Miami y ello resulta intolerable para los fundamentalistas cubanoamericanos.

Y, por último, siguiendo la misma lógica politiquera, de esta manera se aspira a retrasar la incorporación de los nuevos inmigrantes al electorado miamense, los cuales, junto a los descendientes, muestran la tendencia a alterar el predominio de la extrema derecha entre los votantes cubanoamericanos. Basta recordar que en las pasadas elecciones presidenciales, alrededor del 40 % del electorado cubanoamericano votó por Obama, definiéndose claramente contra los grupos dominantes, algo bien distinto al 90 % que votó por Reagan en 1980.

En la actualidad, el 67 % de la comunidad cubanoamericana tiene la ciudadanía norteamericana, mucho más que el resto de los latinos que apenas alcanzan el 50 %, lo que influye en la valoración que tienen los políticos, sea cualquiera su tendencia, de la importancia de este electorado. Tanto es así, que los cubanoamericanos constituyen el grupo minoritario proporcionalmente mejor representado del país y ello se debe, en parte, al peso electoral alcanzado dentro de las estructuras políticas del sur de la Florida.

A partir de esta plataforma es que se ha construido la maquinaria política de la extrema derecha cubanoamericana. Sin embargo, mientras que en la actualidad son ciudadanos el 97 % de los que llegaron antes de 1975 y la totalidad de los nacidos en Estados Unidos, solo lo son el 24 % de los que arribaron después de 1980. En la medida en que esta proporción crezca, menos posibilidades tendrá la extrema derecha para imponer sus posiciones y eso es lo que pretenden evitar, aunque con ello se están convirtiendo en el lastre que amenaza con hundir el barco, ya que no hay reemplazo para el “exilio histórico” y el resultado final será disminuir el volumen del electorado cubanoamericano en su conjunto, sin impedir con ello que, a la larga, cambie inexorablemente la naturaleza de los electores.

Las alternativas que plantea esta propuesta a los nuevos emigrados son bastante claras: se someten a sus imposiciones y esperan cinco años para votar contra los políticos que le hicieron tanto daño; viajan a Cuba por terceros países tratando de burlar los controles y también votan contra estas personas en cuanto tengan la oportunidad o, en última instancia, se rebelan contra ellas y viajan a Cuba de todas formas, enajenándose por largo tiempo del sistema, con lo que se reduce el potencial de crecimiento del electorado cubanoamericano y su importancia relativa en Miami.

No deja de ser paradójico que las mismas fuerzas que se aprovecharon de la Ley de Ajuste para violentar su acceso a la vida política norteamericana, hoy día, al tratar de convertirla en un recurso más de presión sobre el electorado cubanoamericano, corren el riesgo que otros grupos adquieran mayor importancia relativa, desplazándolos igual de sus posiciones, ya que enemigos sobran a la extrema derecha cubanoamericana y los más peligrosos no son, precisamente, los nuevos inmigrantes cubanos.

Días atrás, un amigo me recordó algo que le dije hace tiempo: como en el ajedrez, hay veces que en política se arriba a posiciones donde la lógica indica que el jaque mate es inevitable, por lo que las únicas alternativas son aceptar la realidad y rendirse o, cuando más, retrasar el desenlace, en la esperanza que el contrario se equivoque. La iniciativa, entonces, la tiene la otra parte.

Más importante aún, si a la extrema derecha cubanoamericana ya no le conviene la Ley de Ajuste, es porque ha dejado de ser funcional a la política seguida por Estados Unidos contra Cuba hasta el momento y, por eso, no solo esta ley está condenada a la muerte. Bajo las actuales condiciones, lo que no conviene son los nuevos emigrados, transformadores de un entorno creado para servir de base social a la contrarrevolución, el cual ya no puede ser reproducido, haciendo insostenible la política en su conjunto.

Por tanto, no parece descabellado afirmar que no solo Cuba está precisada a actualizar su política migratoria, como afirmó recientemente el presidente Raúl Castro, sino que también tendrá que hacerlo Estados Unidos, indicándonos la posibilidad de que estemos abocados a grandes cambios, incluso relacionados con el contenido de los acuerdos migratorios actualmente existentes y la forma en que han estado aplicándose.

domingo, 25 de septiembre de 2011

LAS DAMAS DE BLANCO Y EL “MODELO LIBIO" COMO AMENAZA A CUBA

por Hugo Moldiz
En las últimas semanas, un plan concebido por la ultraderecha estadounidense y coordinado por la Oficina de la Sección de Intereses en La Habana se ha puesto en marcha para alentar la difusión de rumores, con calidad de versiones periodísticas no comprobadas, que el grupo de disidentes las “Damas de Blanco” es objeto de violentas represiones policiales ordenas por las autoridades del gobierno cubano.

La grosería de tal plan contra Cuba -que ni la ultraconservadora CNN podría probar con imágenes reales, salvo que se haga un montaje como ocurrió a principios de agosto con la plaza verde de Trípoli, para dar la idea de que la capital libia ya estaba tomada por los “rebeldes”-, no representa ninguna ingenuidad ni una provocación doméstica no calculada. Todo lo contrario, forma parte de los globos de ensayo que los sectores de ultraderecha de Estados Unidos están activando para ir generando gradualmente un ambiente favorable para sus planes de intervención militar contra Cuba.

El peligro de una guerra imperial contra Cuba no es una especulación. Es una amenaza real para la mayor de las Antillas –que hace más de cincuenta años osó elegir el camino del socialismo- y para todos los países de América Latina que se han atrevido a partir de la última década del siglo XX y principios del XXI a levantar su voz de dignidad, soberanía e independencia ante el imperio más poderoso y cruel que la historia de la humanidad haya conocido jamás.

Vayamos por partes. El 27 de agosto de este año, a escasos cuatro días de que la OTAN –brazo militar transnacionalizado de Estados Unidos- y las tropas organizadas y financiadas por la Casa Blanca y otros países europeos tomaran Trípoli, uno de los consejeros para asuntos internacionales del presidente estadounidense Barak Obama se jactaba de que la estrategia de intervención militar en Libia “podría aplicarse también en otros casos”. La mirada se dirigía en lo más inmediato a Siria y en América Latina a Cuba.

Se trata de Ben Rhodes, quien, tras esforzarse por establecer una diferencia con lo que hizo Bush e impulsa ahora Obama, sostuvo que el primero alentaba guerras de “ocupación” bastante costosas y el segundo “de liberación nacional” con poca inversión. Y la justificación para la aplicación de este “nuevo modelo” de intervención, como lo ha bautizado este asesor del Departamento de Estado, es que para su éxito se debe presentar una doble combinación: la existencia de un “movimiento nacional” democrático y la responsabilidad internacional de Estados Unidos y sus aliados para apoyar con acciones militares.

En este caso, desde hace varios años la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) ha organizado varias iniciativas contrarrevolucionarias. Una de las agrupaciones que mayor financiamiento recibe es la denominada Damas de Blanco, que integrada por familiares de presos contrarrevolucionarios o incluso de reos privados de libertad por causas comunes se ha dado a la tarea, infructuosa, de intentar extender sus actividades de La Habana a otras provincias cubanas.

Las Damas de Blanco –que han sido protegidas por las autoridades cubanas de las espontáneas reacciones en su contra protagonizadas por la inmensa mayoría del pueblo cubano, que se niega a ser colonizado nuevamente- mantienen una activa como agresiva campaña contra la revolución cubana a pesar de que sus familiares ha sido liberados y muchos de ellos han salido a España hace varios meses, pero además han conformado “el grupo de apoyo” con reconocidos anti-sociales y ex presos, todos a sueldo.

Pues bien, este pequeño grupo de activistas financiado por Estados Unidos y algunos gobiernos europeos son la punta de lanza, según parecen desear algunos ultraconservadores, para ir alentando –bajo el pretexto de protección de la población civil-, una intervención militar de la OTAN contra Cuba, lo cual daría paso para hacer lo mismo con Venezuela, Bolivia y Nicaragua, por citar a los procesos políticos mas radicales de América Latina y el Caribe.

La amenaza de esa intervención tiene sus orígenes en la Cumbre de Lisboa, de noviembre de 2010, cuando la OTAN formuló su nuevo concepto estratégico que le da la atribución de intervenir en cualquier lugar del mundo y por el motivo que sea.

Cuba ha construido su socialismo bajo el permanente asedio del imperialismo. Al criminal bloqueo, que en breve será condenado por vigésima vez consecutiva en el Asamblea General de las Naciones Unidas, se le ha sumado acciones de sabotaje, asesinatos de la población civil, criminales atentados como la bomba que explosionó en pleno vuelo en la nave de Cubana de Aviación en 1976 provocando la muerte de decenas de personas e innumerables planes para asesinar al líder histórico de esa revolución, Fidel Castro.

Uno de los últimos intentos de invasión militar a Cuba fue diseñado en 2003 por George Bush, pero su implementación abortó por el carácter impredecible de sus resultados y por la masiva respuesta que con los Ejercicios Bastión 2004, las fuerzas armadas y el pueblo cubanos le dieron a los planes intervencionistas.

La amenaza está planteada. Lo que el imperio no desconoce, empero, que una agresión militar a Cuba no tendrá el mismo resultado que su invasión a Afganistán, Iraq y ahora Libia. El pueblo y gobierno cubanos –que provocaron la primera derrota militar del imperialismo en América Latina en 1961, en Playa Girón-, han dado bastantes muestras de la cohesión en torno a los ideales y los principios de la revolución, el socialismo y la independencia.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LO QUE OBAMA DESCONOCE DE CUBA

por Omar Pérez Salomón

El pasado 12 de septiembre en un encuentro con un grupo de corresponsales de habla hispana, reseñado por la agencia EFE, el presidente de Estados Unidos Barack Obama, al referirse a Cuba, expresó:

“…ha llegado el momento de que el Gobierno de Cuba acometa cambios, hasta el momento, no hemos visto el tipo de cambios que nos gustaría ver”.

“La calidad de vida no ha mejorado, de hecho se ha deteriorado y las libertades de la gente siguen constreñidas en momentos en los que el mundo es más abierto”.

A Obama no le conviene que se conozca que Cuba, país al que sistemáticamente acusan de violar los derechos humanos, posee sistemas de educación y salud que son referentes incluso para países desarrollados. Una nación que colabora con decenas de países para mejorar la salud de sus pueblos y enseñar a leer y escribir a los cerca de 700 millones de iletrados que existen en todo el mundo. Solo en España, que forma parte de la culta y civilizada Europa, según datos publicados el año pasado en el sitio “Yo Sí Puedo Sevilla”, hay más de 2 millones de analfabetos, y hasta allí llega el trabajo de los maestros cubanos. Otros ejemplos de la colaboración cubana con países del Norte son los médicos cubanos que prestan servicios en Portugal y los estudiantes norteamericanos que estudian medicina en la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba.

En el año 2010, la UNESCO informaba que Cuba es el país del mundo que tiene la mayor tasa bruta de matrícula universitaria, con el 109 por ciento. Con el inicio del curso escolar 2011-2012, el pasado 5 de septiembre, abrieron sus puertas las más de 60 universidades de la isla, con una matrícula de cerca de 500 mil alumnos. Esta realidad tampoco la conoce el señor presidente del poderoso vecino del Norte.

Según el resultado del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE) de la UNESCO, Cuba es el país con mejores resultados de aprendizaje y el único que logra la categoría I en todas las áreas y cursos estudiados. Ese análisis explica que si se observan los niveles de desempeño del más básico al más complejo, existen muy pocos estudiantes en el nivel de excelencia de aprendizaje en todos los países, salvo Cuba.

También Jesús Robles, coordinador internacional de programas del Fondo Mundial de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), dijo al referirse a Cuba que su política social, centrada en la persona, ha logrado significativos indicadores sociodemográficos, dándole un alto crédito en América Latina y en el mundo.

Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte sobre dificultades que enfrentan entre 110 y 190 millones de personas discapacitadas en el mundo, como estigmatización y discriminación, falta de atención de salud y servicios de rehabilitación adecuados, inaccesibilidad a prestaciones de transporte, edificios y tecnologías de comunicación, y reconoce que son pocos los países que disponen de mecanismos adecuados para responder a sus necesidades, en Cuba el 100% de las personas con alguna discapacidad reciben una atención apropiada y gratuita.

Al parecer, el presidente Obama no se ha enterado de que el sistema de salud cubano, que se ajusta para garantizar una atención más efectiva a todos sin exclusiones, obtuvo en el 2010 la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia, 4,5 por cada mil nacidos vivos. No sería muy difícil concluir que detrás de esas cifras hay una sociedad sin lujos pero con las condiciones de alimentación, salubridad y educación que no concuerda con lo que sus declaraciones intentan demostrar.

Cuba, pese a la crisis económica mundial, el bloqueo del gobierno de EE.UU y los problemas de la dinámica interna de la economía cubana, alcanzará al cierre del año un discreto crecimiento en el PIB, que se irá incrementando en la medida que avance la actualización del modelo económico cubano, ejecutada con el consenso de los habitantes de la Isla.

Otros aspectos que miden calidad de vida y Obama desconoce los cito a continuación: En Cuba el consumo de drogas y la prostitución están muy lejos de lo que eran cuando el país constituía una neocolonia norteamericana; existe una tranquilidad ciudadana como en ninguna otra nación de América Latina ; se incluyó un subsistema educacional para la enseñanza general y técnica que les permite a los reclusos elevar su grado de escolaridad y aspirar al estudio de carreras universitarias; la seguridad y asistencia social presentan un elevado monto en el presupuesto del Estado, bajo el principio de favorecer a los más necesitados; la esperanza de vida en la isla está cercana a los 80 años, por encima de varios países desarrollados; y el cuidado del medio ambiente es una prioridad del gobierno para legarle a las nuevas generaciones posibilidades para mantener un desarrollo sostenible.

Lamentablemente, desconocer de manera grosera y prepotente la obra de todo un pueblo, presagia para el presidente del cambio el mismo fracaso de sus antecesores en la política hacia Cuba.


domingo, 18 de septiembre de 2011

NUEVA INFAMIA CONTRA RENE

El 16 de septiembre de 2011 la Jueza Joan A. Lenard, del Distrito Sur de la Florida, rechazó la Moción para Modificar las Condiciones de la Libertad Supervisada presentada por René González el 16 de febrero de 2011.
El 7 de marzo el Gobierno había presentado su respuesta oponiéndose a la misma, a la cual la defensa respondió el 25 de marzo de 2011.
En la moción René solicitó modificar las condiciones de su libertad supervisada de forma tal que se le permitiera viajar a y residir en Cuba, en lugar de cumplir los tres años de libertad supervisada en Estados Unidos después de salir de prisión el próximo 7 de octubre.
La Jueza consideró que la moción de René es prematura porque el período de libertad supervisada no comienza hasta tanto el individuo salga de prisión y se necesita que pase cierto tiempo antes que la Corte sea capaz de evaluar de forma apropiada las características del acusado.
René fue sentenciado a 15 años de prisión más tres años de libertad supervisada que incluye condiciones especiales que le prohíben “acercarse a o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas,” lo cual es reiterado en la decisión de la Jueza.
¿Qué sucederá entonces a partir del 7 de octubre? ¿Irán los agentes del FBI a capturar a los terroristas en los lugares donde ellos “saben que están o frecuentan”? ¿O se dedicarán a vigilar a René para asegurarse que él no moleste a los terroristas? (Tomado de Antiterroristas.cu).

jueves, 15 de septiembre de 2011

LA SINGULAR HISTORIA DE LOS CINCO

por Enrique Palma
En marzo de este año falleció el destacado abogado Leonard Weinglass. Se graduó en 1958 en la Universidad de Yale, y algunos de sus casos se estudian hoy en todas las escuelas de Derecho de los EE.UU. Representó a los acusados en muchos de los más espectaculares procesos judiciales de Estados Unidos, entre otros, los Ocho de Chicago, contrarios a la guerra de Vietnam, de Jane Fonda, de Angela Davis y Mumia Abu-Jamal. En una entrevista realizada por Cubadebate en el 2004, Weinglass explicó sin rodeos por qué aceptó ser el abogado de Antonio Guerrero, y apoyar la causa de los Cinco:

"Nunca he ejercido como abogado para obtener dinero o en litigios de dinero, donde alguien desea sacar provecho de otro. Desde que estudié en la universidad y nos enseñaron que ser abogado era un compromiso de justicia, lo asumí como tal, con absoluta pasión. Desde entonces me he involucrado en casos donde se dirime la justicia, o tienen un carácter político tal y como yo entiendo la política —un compromiso con aquellos a quienes se les niega cotidianamente la justicia—. Y también, en procesos que, a veces, adquieren dentro de Estados Unidos una trascendencia internacional. En este caso se han entrelazado esos tres elementos, pero hay algo más: representamos a cinco seres humanos excepcionales. Antonio para mí no es cualquier defendido. Ser su abogado es más que eso. Es, sencillamente, un honor".

Granma, reproduce algunos de sus escritos y recursos jurídicos en la lucha por la liberación de los Cinco.

El 12 de septiembre de 1998, cinco cubanos —Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González— fueron arrestados en Miami (Florida), y se les acusó de haber cometido 26 delitos ante los ojos de las leyes federales norteamericanas.

Los Cinco, como les llamaremos en adelante, llegaron a los Estados Unidos desde La Habana con la misión de infiltrar las organizaciones mercenarias armadas surgidas de la comunidad cubana en el exilio, toleradas, e inclusive, protegidas en la Florida por los sucesivos gobiernos norteamericanos, y descubrir, así, sus potenciales actividades terroristas contra Cuba.

La Isla ha sufrido pérdidas humanas significativas y grandes daños a causa de tales agresiones. Sus reclamos ante el gobierno de los Estados Unidos y las Naciones Unidas han sido vanos. A inicios de la década de los noventa, y cuando Cuba se esforzaba por desarrollar el turismo, los anti-castristas de Miami desencadenaron una violenta campaña dirigida a disuadir a los extranjeros de venir a la Isla. En 1997, fueron descubiertas bombas, otras estallaron, en varios hoteles de La Habana. Varias instalaciones turísticas fueron blanco de ametralladoras desde embarcaciones procedentes de Miami.

Durante el arresto, los Cinco no opusieron ninguna resistencia. Su misión no consistía en obtener secretos militares norteamericanos, sino en vigilar a los terroristas e informar a Cuba sobre sus planes de agresión. Fueron enviados inmediatamente a celdas disciplinarias reservadas al castigo de los prisioneros más peligrosos, donde permanecieron por 17 meses, hasta que comenzó el proceso. Al término del mismo, 7 meses más tarde, en diciembre del 2001 (tres meses después del traumatismo del 11 de septiembre), fueron condenados a penas máximas de prisión: Gerardo Hernández a doble cadena perpetua, Antonio Guerrero y Ramón Labañino a cadena perpetua. Los otros dos, Fernando González y René González a 19 y 15 años, respectivamente. Veinticuatro de sus cargos de acusación, de carácter técnico y relativamente menores, se refieren al uso de documentación falsa y al incumplimiento de la obligación de declararse agentes extranjeros. Ninguno de estos cargos comprende el uso de armas, actos de violencia o la destrucción de bienes.

Nada es más revelador que el contraste entre la conducta del gobierno estadounidense en este caso y su actitud frente a Orlando Bosch y Luis Posada Carriles. Ambos son, por demás, los organizadores de un atentado con bomba en el que un avión de aerolínea cubana explotó en pleno vuelo, en octubre de 1976, ocasionando la muerte de 73 personas.

Cuando Bosch solicitó un permiso de estancia en los Estados Unidos, en 1990, una investigación oficial del Departamento de Justicia concluyó: Durante años, estuvo implicado en ataques terroristas en el exterior, se autoproclama partidario de la ejecución de atentados y sabotajes y ha participado en varios de ellos. No obstante, el propio presidente George Bush padre le otorgó el permiso de estancia.

En espera del veredicto por el atentado de 1976 contra la aeronave de Cubana de Aviación, Posada Carriles se "escapó" de una cárcel venezolana en 1985 con la ayuda de poderosos "amigos". Admitió, en dos oportunidades, que él era responsable de los atentados con bomba de 1997 en La Habana (un turista italiano fue asesinado y una decena de personas resultaron heridas). Un tribunal panameño lo declaró culpable por "poner en peligro la seguridad pública", tras ser arrestado, en noviembre del 2000, mientras preparaba un atentado contra el presidente Fidel Castro, quien se encontraba rodeado de centenas de personas, principalmente de estudiantes, en ocasión de una Cumbre regional.

Posada ha disfrutado de manera inexplicable de la hospitalidad del gobierno de los Estados Unidos, luego de la gracia ilegal que le concedió la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, dos días antes de finalizar su mandato. Mientras que su presencia en territorio norteamericano era un secreto a voces, se le detuvo solamente después de ofrecer una conferencia de prensa. Con alojamiento costeado por las autoridades, no en una prisión, sino en una residencia especial situada en un centro de detención, no se le ha abierto ningún proceso judicial en la actualidad y se le aplica simplemente una medida administrativa por no poseer un permiso de estancia. En consecuencia, puede ser expulsado hacia el país de su elección. Los Estados Unidos rechazan la idea de extraditarlo a Venezuela, que lo reclama, y donde debería responder por las acusaciones de terrorismo.

Los Cinco, para retomar el tema, fueron separados y colocados en cárceles de alta seguridad, a centenas de kilómetros unos de otros. A dos de ellos se les negó, después la visita de sus esposas, en detrimento de las leyes norteamericanas y las normas internacionales.

El proceso se extendió por más de 7 meses. Más de 70 testigos comparecieron, incluso tres generales y un almirante retirado, un consejero de la presidencia, todos presentados por la defensa. Las minutas representan 119 volúmenes de transcripciones, los testimonios recogidos antes del proceso y el expediente de instrucción otros 15 volúmenes. Más de 800 documentos probatorios se produjeron, algunos excedían las 40 cuartillas. Los 12 jueces, conducidos por su presidente, quien manifestó abiertamente su hostilidad contra Fidel Castro, declararon, a los Cinco, culpables de los 26 cargos de acusación, sin hacer una sola pregunta o pedir una nueva lectura de los testimonios, hecho inusitado en el caso de un juicio tan largo y complejo como éste.

Los dos cargos principales se basan en un método de acusación que se emplea con frecuencia en casos de naturaleza política: la "conspiración" (acuerdo ilegal establecido entre dos o más personas para cometer un delito). No hace falta que se consuma el delito. Lo único que debe hacer la acusación es demostrar, sobre la base de una prueba circunstancial, que un acuerdo "debe haber existido". Rara vez aparecen pruebas reales y directas de un acuerdo ilegal, excepto cuando uno de los participantes las presenta por sí mismo o decide confesar. En un caso de este tipo, el jurado parte del principio que hubo un acuerdo, sin evidencias del delito, teniendo en cuenta consideraciones políticas, la pertenencia a una minoría o la nacionalidad del acusado.

La primera acusación de conspiración señalaba que tres de los Cinco se habían puesto de acuerdo "para cometer espionaje". Desde el principio, el gobierno indicó que no estaba obligado a probar el delito de espionaje, pero que existía simplemente un complot de espionaje. Una vez librados de la obligación de probar el delito, los fiscales se afanaron en convencer al jurado que esos cinco cubanos debieron haberse puesto de acuerdo para alcanzar su objetivo.

En su exposición inicial, la Fiscal admitió que los Cinco no poseían la más mínima página de informaciones, clasificadas top secret por el gobierno, mientras que, en cambio, este había logrado obtener más de 20 000 páginas de correspondencia entre ellos y Cuba —la revisión de dicha correspondencia se le confió a uno de los más altos oficiales a cargo de los asuntos de la inteligencia en el Pentágono. Cuando se le interrogó al respecto, reconoció que no recordaba haber hallado la más mínima información que hiciera alusión a la defensa nacional de Estados Unidos. Según la ley, debe probarse esta presencia para que pueda existir el delito de espionaje.

Aún más, el único elemento sobre el cual se basa la acusación, fue el hecho que uno de los Cinco, Antonio Guerrero, trabajaba en un taller de fundición de la base naval de entrenamiento de Boca Chica, al Sur de la Florida. Abierta por completo al público, esta base contaba, incluso, con un área donde los visitantes podían fotografiar los aviones en la pista. Mientras trabajó allí, Guerrero no solicitó en ningún momento un pase de seguridad. No estaba autorizado a entrar en las zonas de acceso limitado y no intentó hacerlo jamás. En los dos años que antecedieron a su arresto y, durante los cuales el FBI lo vigilaba, ningún agente detectó el menor signo de comportamiento incorrecto por su parte.

Guerrero tenía como única misión la de detectar e informar a La Habana a partir de " lo que podía apreciar él" observando "actividades públicas". Entiéndase por esto, además, informaciones al alcance de cualquiera sobre las salidas y arribos de los aviones. Asimismo, se ocupaba de recortar los artículos de la prensa local que ofrecían datos sobre las unidades militares situadas en la región.

Ex-altos oficiales del ejército y de los servicios de seguridad norteamericanos declararon que Cuba no constituía una amenaza militar para Estados Unidos, que no había ninguna información militar que obtener en Boca Chica y que, " el interés de Cuba por el tipo de informaciones expuestas en el juicio era conocer si, en realidad, nosotros intentábamos preparar una acción armada contra ellos".

Una información que es de dominio público no puede ser parte de una acusación de espionaje. Sin embargo, luego de escuchar tres veces el argumento en sumo fantasioso de la acusación, según la cual los Cinco tenían "por objetivo destruir a los Estados Unidos", el jurado, guiado más por la pasión que por la ley y las pruebas, los declaró culpables.

La segunda acusación de conspiración vino a añadirse siete meses después de la primera. Esta vez contra uno de los Cinco, Gerardo Hernández, por haber conspirado con otros funcionarios cubanos, que no estaban acusados, a fin de derribar dos avionetas pilotadas por exiliados cubanos de la organización Hermanos al Rescate, en el momento en que penetraban en el espacio aéreo cubano provenientes de Miami, a pesar de las advertencias de las autoridades. Los Migs cubanos las interceptaron y provocaron la muerte de las cuatro personas a bordo.

La acusación reconoció que no existía ni sombra de una prueba referente a un supuesto acuerdo entre Hernández y los oficiales cubanos sobre si derribarían o no las avionetas, y la manera en que lo harían. En consecuencia, la obligación legal de probar "más allá de cualquier duda razonable" que un tal acuerdo haya tenido lugar, no se cumplió. El gobierno admitió ante la Corte que se encontraba frente a un "obstáculo infranqueable". Propuso, inclusive, modificar su propia acusación, lo cual no aceptó el tribunal de apelación. A pesar de todo, el jurado declaró culpable a Hernández de ese delito inventado.

Los Cinco cubanos apelaron inmediatamente las sentencias ante el 11 Circuito de Atlanta, en Georgia. Posterior a una minuciosa revisión de los documentos, una troica de jueces hizo público, el 9 de agosto del 2005, un análisis detallado de 93 páginas acerca del proceso y las pruebas, y anuló el veredicto destacando que los Cinco no habían recibido el beneficio de un juicio justo en Miami. Con sus 650 000 exiliados que dieron a Bush los votos faltantes para su victoria en las elecciones presidenciales del 2000, esta ciudad ha sido considerada por un tribunal de apelación federal, de tal modo hostil e irracional con relación al gobierno cubano y tan favorable a la violencia ejercida contra aquel, que no podría servir como sede de un proceso justo a los cinco inculpados. Además, la conducta de los fiscales, presentando argumentos exagerados y sin fundamentos a los miembros del jurado, fortalecieron los prejuicios, al igual que lo hicieron las informaciones suministradas por la prensa tanto antes como durante el proceso.

Se ordenó un nuevo juicio. Más allá del reconocimiento de que los derechos elementales de los acusados fueron violados, la Corte, por primera vez en la historia de la jurisprudencia norteamericana, admitió las pruebas presentadas por la defensa respecto a las acciones terroristas realizadas contra Cuba desde la Florida, citando incluso en nota, el papel de Posada Carriles, y refiriéndose a este como un terrorista.

Tal decisión de la troica dejó estupefacta a la administración Bush. Sin embargo, estaba precedida por la del grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre las detenciones arbitrarias, que concluyó considerando la de los Cinco como una de ellas, y apelando al gobierno de los Estados Unidos a tomar las medidas para poner fin a esta situación.

Exconsejero de George Bush, el ministro de Justicia de los Estados Unidos, Alberto González, tomó la decisión inusitada de presentar una apelación ante los 12 jueces del 11 Circuito, pidiéndoles insistentemente revisar la decisión de la troica, un procedimiento rara vez premiado con el éxito, sobre todo cuando los tres jueces estuvieron de acuerdo y expresaron una opinión tan erudita y amplia. Para mayor sorpresa de muchos abogados que siguen el caso, los jueces del 11 Circuito se pusieron de acuerdo para revisar dicha decisión... "Los Cinco" no fueron juzgados por violar la ley norteamericana, sino porque su trabajo centró la atención en aquellos que, precisamente, lo hacían. Al infiltrarse en las redes criminales existentes, de manera abierta, en la Florida, desnudaron la hipocresía de la oposición al terrorismo, de la cual los Estados Unidos tanto se jacta.

Preguntas de Leonard Weinglass a Hillary Clinton

El 22 de abril de 2009, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, hizo un grupo de declaraciones en las que incluyó el tema del derribo —en una decisión del Gobierno cubano en defensa de la soberanía nacional— de dos aviones de la organización terrorista Hermanos al Rescate, en 1996. Estas declaraciones fueron hechas ante el Subcomité de Apropiaciones, Operaciones en el Extranjero y Programas Relacionados de la Cámara. Entre otras cosas dijo: "Yo recuerdo bien cuando esos dos pequeños aviones, desarmados, que no estaban haciendo otra cosa que dejando caer hojas impresas, fueron derribados por el régimen de Castro."

Aquí están las preguntas que el abogado Leonard Weinglass propone para la Secretaria de Estado en relación con sus comentarios sobre el derribo de los aviones de Hermanos al Rescate.

¿Qué haría EE.UU. si los hechos fueran los siguientes?

1. El avión líder de los tres aviones involucrados (dos fueron derribados) fue piloteado por un hombre que, previamente, había cometido actos de alevosía y violencia contra EE.UU. y había sido entrenado por un gobierno extranjero hostil y

2. Ese mismo piloto, según los servicios de inteligencia de EE.UU., había sido entrenado recientemente dejando caer sobre un campo, no hojas impresas, sino dispositivos explosivos hechos a mano para probar su eficacia; y

3. Que él había declarado públicamente, dos días antes, en la radio de su país que el vuelo de los tres aviones ese día era "en una misión" para desestabilizar al gobierno de Estados Unidos; y

4. Que el avión que él y los otros estaban volando tenía las mismas características que un avión militar que se usó durante la guerra de Vietnam para dejar caer bombas pequeñas contra el país adversario, que fue remodelado después, y que en la actualidad era un avión excedente de la armada que se había usado recientemente para ese mismo propósito, y

5. Que justamente antes del derribo la Agencia Federal de Aviación de EE.UU. había hablado con el piloto líder por la radio y le advirtió que estaba entrando en una zona militarmente protegida y debía retroceder, pero la advertencia fue desatendida ya que el avión había continuado en un curso con dirección hacia la capital norteamericana; y

6. Que los tres aviones entonces sobrevolaron un área designada de mar abierto que EE.UU. había cerrado debido a ejercicios del ejército, y de acuerdo con las reglas y regulaciones internacionales, advirtiendo a todos los aviones que no debían entrar; y

7. Que los tres pilotos pertenecían a un grupo de antiguos residentes de EE.UU. y que habían llamado públicamente al derrocamiento por la fuerza del gobierno de Estados Unidos; y

8. Que las hojas impresas que se habían dejado caer antes por este grupo de pilotos hacían un llamado a los norteamericanos a sublevarse contra su gobierno; y

9. Que después de 25 sobrevuelos de Washington por este grupo de pilotos, en los 20 meses anteriores, todos los cuales fueron protestados por EE.UU. al país que les proporcionó una base y que antes de armar su avión interceptor, Washington llamó a un funcionario militar de alta clasificación jerárquica de ese país y le advirtió que de aquí en lo adelante protegerían su espacio aéreo militarmente si fuera menester, y le instó a volver a casa y animó a las agencias apropiadas para que pararan esos vuelos; y

10. EE.UU. simplemente hizo eso, pero a pesar de todas las advertencias los vuelos continuaron hasta que fueron derribados.

¿Bajo tales circunstancias tenía EE.UU. justificación para derribar los dos aviones?

martes, 13 de septiembre de 2011

NUEVA PROVOCACION ANTICUBANA EN FACEBOOK.

Por. Percy Francisco Alvarado Godoy

Hace unos pocos días, un reducido grupo de contrarrevolucionarios radicados en el exterior, principalmente en Miami, han iniciado una sucia campaña anticubana en Facebook, creando un grupo de debate titulado: “Los cubanos solicitamos la intervención de la ONU en Cuba”, empleando para ello la página:
http://www.facebook.com/groups/227008710682782/
En su mensaje provocador, expresan: “Este grupo ha sido creado con el objetivo de que todos los cubanos que amamos nuestra tierra, solicitemos una intervención de la ONU en Cuba”. Las conversaciones han fracasado, las palabras han fracasado. En Cuba funciona un grupo dictatorial donde la opinión y la verdad de un pueblo han sido secuestrados utilizando el periodismo como medio de desinformación.”
Luego continúa con los tradicionales ataques: “Todos los periodistas que “operan” estos medios son cómplices de esa dictadura y tendrán que responder en tribunales internacionales por su participación en esconder, “maquillar”, justificar los crímenes de ese régimen monárquico, así como por tratar de desviar la atención de los que aquí acusamos con pruebas y argumentos. Los cubanos hoy estamos regados por el mundo, de la misma forma que tenemos nuestros derechos como cubanos, pues podemos probar nuestra ciudadanía de nacimiento, también ostentamos la ciudadanía del país donde residimos, y por lo tanto tenemos derecho a que la ONU nos escuche”.
La primera ofensa de estos monigotes es pensar que podrían ganar adeptos sinceros para integrar este grupo, cuya pretensión es que, estimulados en las sucias campañas mediáticas anticubanas, pretenden lograr un desenlace como el ocurrido en Libia o que ambicionan obtener en Siria o Irán. Cuba no es Libia. Aquí el pueblo mayoritario apoya a su Revolución, la defiende con su propia vida, y no permitirá que esta sea derrotada, ni mediante las armas, ni con las mentiras.
Nosotros, periodistas e intelectuales cubanos y de todo el mundo, repudiamos cualquier diálogo con traidores y vende patrias, capaces de solicitar a la ONU medidas como el genocidio que se está llevando a cabo en Libia. Los asesinatos de niños, mujeres y ancianos a manos de fuerzas extranjeras, no ocurrirán en Cuba. Aquí cada cuadra será un bastión inexpugnable a tomar por el enemigo.
La segunda ofensa de estos quiméricos servidores del Imperio radica en que, violando las condiciones legales de Facebook, han incorporado al grupo, sin consultárseles y sin su consentimiento, a centenares de personalidades cubanas y de otros países, de probada condición revolucionaria y progresista a su famélico grupo. También han sido usurpados diversos órganos de prensa y medios informativos cubanos, pretendiendo de esta manera ofrecer la falsa imagen de que nosotros aceptamos la pertenencia a este grupo. Paradójicamente, tuvieron el descaro de colocar mi nombre encabezando esta falsa lista, a los que se suman renombrados amigos de Cuba como Graciela Ramírez, Alicia Jrapko y muchos otros, quienes luchan con denuedo por la liberación de nuestros Cinco hermanos prisioneros injustamente en cáceles norteamericanas. La falsa lista puede encontrarse en el link: http://www.facebook.com/groups/227008710682782/members/. Obviamente, si nos salimos de esta lista, aquellos que pensamos con plena convicción en nuestro amor a Cuba y su Revolución, quedarían solo cuatro gatos en ella. Nunca estaremos en un mismo grupo de debate de ideas con quienes pretenden ver a su pueblo ultrajado por las botas de cualquier invasor.
Por las razones antes expuestas denuncio al quinteto de contrarrevolucionarios que administran este grupo, integrado por individuos, algunos de los cuales emplean perfiles falsos, tales como Armando Guerra Cassidy, nacido en Holguín y que reside actualmente en Volgogrado, en Rusia; al nada misterioso y payaso que dice nombrarse Tetoko Tutoto, de origen cubano y nacido el 5 de febrero de 1962, quien esconde su cobardía detrás de un supuesto samurái; a Gilberto Gutiérrez, de origen cubano, oriundo de Santiago de las Vegas, en La Habana y quien actualmente reside en Miami, graduado en la Universidad de La Habana en 1989 y que se encuentra actualmente trabajando como camarógrafo y fotógrafo en Univisión Network; al mercenario y provocador Dionisio de la Torre Jr., actual presidente de Dicardi Management y detractor de la realidad cubana en el programa radial “La Visita”, en Miami, quien ofende a los holguineros al haber nacido allí el 7 de enero de 1955 y buscar una agresión contra su Patria; y, por último, la contrarrevolucionaria Esmeralda Rodríguez Campos, mercenaria y supuesta periodista, quien se graduó en la Universidad de la Habana en el 2006 y luego marchó a disfrutar de sus ruines méritos como falsaria y traidora a su pueblo.
La digna respuesta que recibirán de todos nosotros será la de salirnos de su ignominiosa lista y no prestarnos al juego de quienes elaboran una plataforma de debate cargada de mentiras, de suplantación de identidades y llena de la malsana hediondez que transpiran los traidores.