miércoles, 27 de agosto de 2014

Las redes sociales en EU disminuyen el debate político público en vez de ampliarlo


Poca disposición de usuarios a discutir temas polémicos en Facebook o Twitter, según estudio realizado por el Centro Pew 
David Brooks (Corresponsal de La Jornada en Nueva York)

En lugar de ampliar la participación de los estadunidenses en el debate político público, medios sociales como Facebook y Twitter la han disminuido, según un nuevo informe del Centro de Investigación Pew publicado el 26 de agosto.
Al contrario de lo que muchos promotores de los medios sociales han sostenido –que Internet sirve para democratizar el debate público–, el nuevo informe indica que ocurre lo opuesto, al encontrar que la gente estaba menos dispuesta a discutir un tema público controversial en las redes sociales que en persona, y que estos medios no ofrecieron una plataforma de discusión alternativa para quienes tienen un punto de vista diferente al de su entorno.
El sondeo se enfocó en un solo tema –las revelaciones de Edward Snowden sobre la vigilancia masiva de estadunidenses por el gobierno– en que la opinión pública está dividida. Se preguntó acerca de la voluntad de la gente de hablar sobre el tema en persona y en línea. Entre otras cosas, encontraron que 86 por ciento de los estadunidenses estaban dispuestos a comentar el asunto en persona, pero menos de la mitad, sólo 42 por ciento de los usuarios de Facebook o Twitter, estaban dispuestos a expresar sus opiniones sobre el tema por esas plataformas.
De hecho, los investigadores descubrieron que un fenómeno pre Internet en comunicación humana, conocido como espiral de silencio, que caracteriza la tendencia de la gente a no hablar de asuntos políticos en público cuando piensa que sus opiniones no son ampliamente compartidas, se expresa igualmente ahora en Internet. O sea, las plataformas sociales no han ampliado el debate.
De hecho, mucho menos de los estadunidenses no dispuestos a abordar el tema de Snowden en privado estaban dispuestos a expresarse por redes sociales; o sea, estos medios no funcionan como vía alternativa para la participación en el debate público.
Peor, los sitios de medios sociales no sólo no ofrecieron un foro alternativo para debatir, sino que los usuarios estaban aún menos dispuestos a compartir sus opiniones en conversaciones en persona. De hecho, un típico usuario de Facebook está 50 por ciento menos dispuesto a hablar sobre el caso de Snowden en una reunión pública que un no usuario de Facebook.



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