jueves, 30 de septiembre de 2010

SEGUIMOS ALERTAS.

Continúa la consternación latinoamericana por el zarpazo fascista que está teniendo lugar en la hermana nación de Ecuador.
Más y más son las voces que reclaman cordura, el respeto a la vida del presidente constitucional Rafael Correa y el restablecimiento del orden en ese país.
Es un momento idóneo para demostrar cuantos hermanos y hermanas aclamamos por la justicia y la paz, cuantos millones y millones de personas en el mundo condenamos los hechos sangrientos, anticonstitucionales, los golpes de Estado.
Aplaudimos las declaraciones de Chávez y de Evo de apoyo a Correa, conocedores de cuan difícil es hacer una Revolución, en medio de las dificultades económicas y el cerco que mantiene tendido siempre el imperialismo, el que acoge, convoca y mantiene a las derechas en América Latina, para evitar la consolidación del Socialismo.
Esta es también una oportuna ocasión para que el Gobierno de Estados Unidos enfrente el hecho y asuma una posición, NO AMBIGUA, sino de compromiso con la verdad.
Cuando el intento de golpe en Venezuela, comenzó con declaraciones igual que ahora, cuando Gorileti en Honduras, comenzó con declaraciones igual que ahora y finalmente quedó al descubierto: Lo sabía todo y apoyaba la barbarie.
Nos toca entonces a todos los revolucionarios condenar lo que ocurre en Ecuador y apoyar la libertad y democracia, por la que allí luchan Correa, su equipo y el pueblo de esa hermana nación.

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